¿Qué tiene que ver la Cerveza con Escobas, Brujas, Gatos y Calderos?
Mujeres ataviadas con ropas oscuras, con sombreros puntiagudos, la sempiterna escoba, un caldero en la que prepara sus pociones y siempre acompañadas de un negro felino…¿Y si descubrieras que esos tópicos tienen su origen en un hecho histórico? Esa indumentaria con la que hemos relacionado a las brujas era, en realidad, propia de las mujeres que se dedicaban a la fabricación y venta… ¡De cerveza! Las denominadas en inglés alewives

Para entender todo esto sin llegar a fruncir el ceño, ten antes claro que no hablamos de tu suegra
Los seres humanos han estado bebiendo cerveza durante casi 7.000 años, y las creadoras y elaboradoras de esta bebida eran las mujeres (ver post aquí). Desde los sumerios hasta los vikingos pasando por los egipcios, las mujeres eran las únicas responsables de la elaboración de cerveza. Y en la Edad Media, ya comentamos en este blog que la super-monja alemana Hildegard de Bingen escribió sobre el lúpulo en el siglo XII y agregó el ingrediente a su receta de cerveza por primera vez, revolucionando para siempre con su descubrimiento nuestra forma de elaborar cerveza (ver post aquí).
Hasta el siglo XVI, la elaboración de cerveza continuó siendo monopolizada por mujeres hasta que una bien orquestada campaña de desprestigio acusó a las mujeres cerveceras de ser brujas. No falta razón a quienes atribuyen la afrenta a un deseo por parte del sector masculino de acaparar en exclusiva lo que ya se vislumbraba con claridad como un floreciente negocio. La mecha prendió con la reforma protestante, un movimiento que exigía a la mujer decente alejarse de toda bebida alcohólica.
Sabemos que era realmente eficiente señalar bajo la acusación de brujería a toda aquella mujer que seguía empecinandose en mostrárse como competencia, rivalizando con el hombre por el negocio cervecero. Resultó así que las mujeres cerveceras empezaron a ser vistas con malos ojos y relacionadas con el oscurantismo, pócimas diabólicas y prácticas inconfesables. Insidias que en aquella época corrían como la pólvora y que fueron dando cuerpo a la imagen de las brujas que se conoce hoy en día.
El por qué de Brujas, Gatos y… ¿Cerveza?
Es normal que en el antiguo Egipto, seguramente la más cervecera de las culturas de la Antigüedad, estos felinos fueran la mascota predilecta por encima de todas las demás.
Y es que cualquiera que conozca el mundo de la birra, sabe que ratones y otros roedores son grandes enemigos de quienes se dedican a producir cerveza por su natural talento para vaciar los graneros. Por ese motivo, los felinos eran poderosos aliados que mantenían a raya a los roedores manteniéndolos lejos del precioso cereal.
Al igual que el pastor tiene al perro como socio, las cerveceras de la Edad Media tenían a los gatos como los más eficaces camaradas, pero no eran cómplices de demoníacos conjuros, sino que en este caso sus poderes eran más terrenales y estaban dirigidos a custodiar a buen recaudo el preciado grano.
Vale, pero…
¿Qué tendrá que ver la Cerveza con el Sombrero puntiagudo de las brujas?
Tengamos en cuenta que la indumentaria oscura era la vestimenta propia de las sociedades luteranas, siempre tan austeras. Si pudiéramos viajar en el tiempo a la Edad Media o al Renacimiento y visitar un mercado en Inglaterra, probablemente nos llamara la atención algo extraño pero muy familiar para los contemporáneos: mujeres con sombreros altos y puntiagudos, y en muchos casos, paradas frente a grandes calderos. Estas mujeres no eran brujas, sino maestras cerveceras.
Los sombreros altos y puntiagudos tenían una función práctica, el equivalente al actual rótulo comercial de neón. Reclamo evidente y económico con el que los sedientos clientes podían advertir la ubicación de un puesto de venta de buena cerveza en un mercado caótico y atestado de gente por lo general vestida de oscuro. La cual, por cierto, era trasladada en ollas tras su fermentación hasta el punto de venta, lo que justifica de nuevo la presencia del icono más popular del mundo de la brujería: el archiconocido caldero o marmita.
¿Y la escoba, porqué no ponerla encima de la puerta?
Olvida las redes sociales y el marketing televisivo, y sitúate en pleno siglo XVI. ¿Cómo harías tú para dar a conocer a los vecinos y potenciales clientes que acabas de elaborar un lote de cerveza y que se encuentra lista para su venta?
Pues en esa época, la publicidad consistía en un código tan simple como efectivo. Tanto que ha pasado hasta nuestros días como un poderoso icono. El método que indicaba que la cerveza estaba lista era colocar una escoba en algún sitio sobresaliente de la fachada de la casa. La visión de una gran escoba colgando del muro principal constituía un clamoroso señuelo de marketing, que a buen seguro hacía salivar a más de uno, y que suponía el pistoletazo de salida a la venta de un nuevo lote de cerveza recién elaborada.
Ya sabes, la próxima vez que te des un placer o brindes con una buena LIBER, dale un buen trago, saboréala, percibe su aroma fresco y nota ese fantástico toque amargo. Después, brinda por todas esas Brujas que tanto bueno nos han proporcionado desde tiempo inmemorial!
¡Disfrútala como se merece ♥. SALUD!
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