En la teología cristiana, es icono habitual la imagen litúrgica de una espiga de cereal cervecero. Los que tienen fe, afirman que es la metáfora de Cristo. Sugiere que la envoltura de la semilla se rompe desde dentro -simbólicamente una muerte-, y da lugar una nueva vida, la resurrección. La Última Cena es uno de los eventos más importantes en la historia del cristianismo, en el que Jesucristo y sus apóstoles compartieron una cena en la que se cree que se instituyó la Eucaristía. Pero, ¿qué bebieron durante esa cena previa a la crucifixión?
Algunos historiadores han planteado la discusión nada descabellada de que, en vez de vino, Jesús y sus discípulos hubieran bebido cerveza en aquella cena.
En teología cristiana, la espiga de cereal cervecero es símbolo litúrgico de Cristo. No ocurre así con el fruto de la vid
Rebobinemos unos 2.000 años…
En la época de Jesús, los romanos controlaban la región de Galilea y si bien el vino era la bebida oficial del Imperio, había que transportarlo desde los lejanos viñedos de Italia, Galia, Hispania o Cartago. Era un bien tan costoso como escaso, reservado por tanto a las élites romanas. Sin embargo, también es cierto que en la región se producían diferentes tipos de bebidas, incluyendo la cerveza, que era una bebida común entre la población llana, pues la elaboraban de manera artesanal aprovechando la inaudita calidad del agua proporcionada por los abundantes manantiales que discurren por la región.
Galilea reúne todas las condiciones que se requieren para hacer una buena birra
Además, hay referencias bíblicas que sugieren que la cerveza era una bebida habitual en la época de Jesús. Por ejemplo, el Libro de Rut menciona que Rut, la bisabuela del mismísimo Rey David, trabajaba en la recolección de cebada que después se malteaba para hacer cerveza.
Tengamos en cuenta que en ese momento histórico, el principal cultivo objeto de comercio en Tierra Santa era el grano, trigo y cebada, junto con el olivo, y frutas como higos y dátiles. ¿Y la vid? Fué implantada por los romanos, fuertemente influidos por el gusto griego por el vino, pero llegó tarde a Judea, apenas décadas antes del nacimiento de Jesús, por lo que era un cultivo que empezaba a extenderse pero aún comparativamente muy minoritario.
Sentado esto, hay que abrirnos a la posibilidad de que un error histórico haya sido acumulado y repetido a lo largo de los siglos. Ciertamente la biblia fue escrita en arameo, y traducida miles de veces a multitud de lenguajes distintos, muchas veces con más pena que gloria. No era tarea fácil trasponer exactamente el complejo lenguaje simbólico de su redacción. Por lo que bastaba que una vez se hubiera cambiado la palabra ‘cerveza’ por ‘vino’ para que el eventual error quedara consolidado en las traducciones subsiguientes.
Algunos expertos señalan que la traducción de la palabra griega “oinos“, que se utiliza en los Evangelios para describir la bebida que se sirvió en la última cena, puede referirse tanto al vino como a la cerveza.
¿Cuál es tu Fuerte, si hablamos de bebida?
La primera en la frente: Las bodas de Caná
La traducción literal del Arameo nos dice que Jesús debutó con su primer milagro transmutando el agua de seis tinajas en una “bebida fuerte”. Jamás se menciona nunca que fuera específicamente vino. Fueron los griegos – primeros traductores de la biblia- quienes, por descontado asumieron que era vino aquel brebaje, la bebida fuerte más común en Grecia. Además, para los cultivados helenos resultaba indigno que un líder como Jesús pudiera brindar con cerveza, algo reservado a los salvajes pueblos del norte.
Por si fuera poco, la traducción al anglosajón antiguo no contiene la expresión ‘tinajas de piedra’ sino que literalmente consta una ‘linea de pilas de ale’ (line of ale vats). Ale, el estilo de cerveza más antiguo… ¿Mera coincidencia?…. Raro, raro, raro…. Resulta lógico pensar que cuando el original texto arameo menciona que Jesús compartió con sus amigos una bebida fuerte que extrajeron de una línea de pilas de Ale se estaban refiriendo a la bebida más antigua del mundo.
La última y nos vamos: La última cena
Recopilando. Tenemos una región remota de clima seco y caluroso, de tradición agrícola de olivo y cereal, subyugada por la bota del invasor romano, y donde existen manantiales que surten agua que parece propicia para la elaboración del nuestro pan líquido.
De sus vecinos, el pueblo egipcio, nunca se han recogido evidencias de que hayan exportado vino. Pero está demostrado que hace miles de años elevaron a la categoría de industria a gran escala la elaboración cervecera, siendo primera potencia en la exportación de esta bebida por el Mediterráneo. No parece escasear la cerveza en la zona de influencia cercana a los dominios egipcios, ni podemos obviar entonces que, desde miles de años antes del nacimiento de Jesús, la bebida fuerte tradicional del entorno más inmediato a Judea era la cerveza, no el vino.
El vino entonces era una bebida de moda en la aristocracia romana, pero reservada como privilegio a la alta curia y completamente inaccesible al populacho. Como tal, representaba un símbolo del dominio imperial en propia casa ¿Quién sería bien visto copiando las extrañas modas del invasor romano?
La bebida más abundante, accesible y común para la plebe era la cerveza. Si partimos de la concepción de pertenencia a la plebe del Rey de los judíos y de que si de algo estamos seguros, es de que su relación con los romanos no era de envidiar…. ¿Es razonable asumir que Jesús compartiera el pan con una bebida solo reservada a las pudientes élites del opresor? ¿Los mismos que luego atravesarían su costado con una lanza?
¿Es plausible que la última reunión de Jesús con sus discípulos, fuera aprovechada para instaurar la eucaristía copiando la moda del invasor romano de brindar con vino? Pero, ¿qué hay de los apóstoles? Según los relatos bíblicos, los apóstoles eran pescadores y trabajadores, lo que sugiere que podrían haber preferido la cerveza a un vino más caro. Además, algunos expertos en historia culinaria sugieren que la cerveza podría haber sido una bebida más adecuada para acompañar la cena, ya que se trata de una bebida más refrescante y menos embriagadora que el vino.
¿Y si lo que tomaron en Caná los invitados a la popular boda no fuera vino sino cerveza? ¿Y si el cáliz sangrial con el que Jesucristo ofició la Última Cena, estuviera lleno de cerveza?
Pero la posibilidad de que hubieran bebido cerveza añade una hipótesis que arroja mucha luz sobre una de las historias más importantes de la fe cristiana.
Ahora, simplemente pongamos en duda esas verdades que por ser heredadas de antiguo no tienen porqué ser categóricas. Piensa en ello disfrutando de alguno de nuestros PACKS Degustación LIBER con la cerveza más premiada internacionalmente.